sábado, 10 de julio de 2010

Historia Aeropuerto Cerrillos

Origenes del Aeropuerto de "Los Cerrillos"


En 1928, el filántropo norteamericano Daniel Güggenheim donó a Chile cerca de 500 mil dólares de la época, con la estricta condición de que fuesen utilizados en el fomento de la aviación civil nacional, que por aquellos años estaba iniciándose en el país y pasando exitosamente la prueba con pioneros como César Copetta, Luis Sánchez Bessa y Dagoberto Godoy. El magnate era un amante de la aviación y de las tecnologías de vuelo, y de ahí su interés en fomentarla.

La nota bancaria del generoso Güggenheim decía expresamente:

"He depositado hoy día en Nacional City Bank New York quinientos mil dólares oro americano por cuenta de Su Excelencia Carlos Ibáñez del Campo, Presidente de la República de Chile, cuyo depósito ha sido hecho para llevar a la práctica el plan que el Presidente adopte con fines educacionales en la ciencia aeronáutica. Sírvase notificar al Presidente al respecto."

(Firmado) "Daniel Güggenheim"


Daniel Güggenheim





Coincidentemente, por entonces el piloto militar Arturo Merino Benítez había propuesto la unificación de las ramas aéreas del Ejército y la Armada en una sola fuerza, por lo que se hacía urgente la creación de un "Puerto Aéreo".

Por su propia iniciativa y venciendo la falta de recursos, Merino Benítez fundó hacia 1928 el Club Aéreo de Chile, heredero del Aeroclub de don Enrique Phillips, que había debutado en 1913, y hoy convertido en la Federación Aérea de Chile, a quien pertenecería como patrimonio el aeropuerto que se construiría.

El compromiso entre el Estado de Chile y Güggenheim sobre el destino de sus aportes a la aviación chilena se reafirmó en el Acta del primer Directorio del Club Aéreo de Chile, discutiendo sobre el centro social del club asentado en el proyectado aeropuerto de los terrenos comprados en Los Cerrillos, donde se establece:

"Invertidos en su adquisición parte de los fondos de la donación Güggenheim se sugirió a S. E. el Presidente de la República, la posibilidad de establecer ahí el "Club Aéreo de Chile", ya que sus finalidades concuerdan con la intención que tuvo en vista el donante al dedicar la suma donada al fomento de la aeronavegación civil y comercial".



Fundacion del Aeropuerto


Cuando el Estado chileno recibió la abultada donación del filántropo norteamericano, comprometió su palabra y su honor en la utilización del fondo sólo para las exigencias formuladas y de modo definitivo e inmodificable en apoyo del Club Aéreo de Chile, particularmente a la construcción del aeropuerto. La escritura de compraventa de los terrenos, suscrita en el año 1929, lo dice textualmente:

"...don Manuel Véliz Rodríguez, en representación del Supremo Gobierno, (...) acepta para el Fisco, en los términos relacionados, la propiedad materia de esta compra que se destina a la construcción de un aéreo-puerto público".

Así, se destinó el dinero de Güggenheim a la adquisición de los terrenos de la Hacienda Los Cerrillos, al Sur-Poniente de la capital, propiedad de Alfredo Riesco y destinada hasta entonces a la producción de pasturas, cereales y alfalfa, además de una lechería y una viña vitivinícola propia. A pesar de las lomas que dieron su nombre, era un terreno con partes llanas y baldías, ideal para instalar una pista. El proyecto también incluía el levantamiento de un edificio para la base.


La inauguración de las obras tiene lugar el 16 de mayo de 1929, con el trazado de la antigua pista del aeródromo. El edificio se levantó también pero, sin embargo, fue el 30 de julio de 1934 cuando la nueva rama militar aérea de Chile inauguraba por fin su "Puerto Aéreo" como tal en los Cerrillos, siempre cumpliendo expresamente con la exigencia de Güggenheim de que fueran utilizados para el fomento de la aviación civil, pues sería la base de la aviación comercial y la sede del Club Aéreo de Chile.

Cabe indicar que el Presidente Ibáñez del Campo, que ya no estaba en el Gobierno desde la crisis de 1931, había iniciado un plan para instalar aeropuertos funcionales al tipo de aviones comerciales de la época, contexto en el que se puso en funcionamiento a Los Cerrillos. Así, rápidamente la aviación civil chilena, después de la mano de su homóloga en las Fuerzas Armadas, concentró una creciente actividad en el flamante primer "Puerto Aéreo", revolucionando las comunicaciones y transportes chilenos de la época. Se realizarían tanto vuelos individuales como comerciales de distintos tamaños.




El Presidente Carlos Ibáñez del Campo, en homenaje a los esfuerzos de Merino Benítez y estos mártires de la aviación, ordenó la unificación de todas las ramas militares aéreas el 21 de marzo de 1930, fundando con ello la Fuerza Aérea de Chile, FACh, que sería acogida en el mismo Aeropuerto de Los Cerrillos, como dijimos más arriba.



El Comodoro Merino Benítez fue puesto en la dirección de la misma y Chile pasaba a ser así el cuarto país del mundo en fundar una fuerza aérea independiente de las demás ramas militares, junto a Inglaterra, Francia e Italia.



La Importancia del Aeropuerto


Lamentablemente, los primeros años de funcionamiento del aeródromo tuvieron una trágica mácula el domingo 27 de octubre de 1940, cuando capotó la nave del pionero de la aviación nacional César Copetta, un antiguo Morane Parasol, cayendo por el sector del acceso principal de la base aérea. Falleció en la Posta 3 de la Asistencia Pública, siendo sepultado en el mausoleo de la Sociedad Francesa del Cementerio General. Por mucho tiempo, existió un monumento a su memoria en el lugar donde perdió la vida, pero después desapareció misteriosamente.


César Copetta Brossio, héroe pionero de la aviación fallecido en un accidente dentro del propio recinto del Puerto Aéreo de los Cerrillos.



En 1957, en la fachada del edificio principal y a ambos lados de los accesos, los artistas chilenos Samuel Román Rolas y su hijo Héctor Román Latorre, crearon una hermosa obra llamada "Mural de los Cóndores", basada en la técnica de mosaico y cerámica. Era todo un símbolo dentro del aeropuerto y que, afortunadamente, aún se conserva en buen estado. Se supone que el actual proyecto Ciudad Parque Bicentenario mantendrá este edificio y sus obras murales, convirtiéndolo en dependencias de un Centro Cultural.




La necesidad de la creciente aviación comercial en Chile llevó a proyectar un nuevo y mayor aeropuerto, iniciándose en 1961 la construcción del Aeropuerto Pudahuel, posteriormente llamado Comodoro Arturo Merino Benítez. Luego de la inauguración oficial de la nueva base, el 9 de febrero de 1967, Los Cerrillos pasó a convertirse en un aeródromo secundario pero no por ello sin utilidad para la capital chilena, manteniendo este servicio vital para la ciudad por todo el resto del siglo XX, como veremos. En 1960, fue el lugar donde aterrizó el Presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower, durante su visita al país. Cuatro años después, hará lo propio allí el Presidente de Francia, General Charles de Gaulle.

En 1985, se reforzó su pista de aterrizaje de 2.200 metros de largo por 45 de ancho. A partir de 1992 se trasladaron las exposiciones de la FIDAE desde la Base Aérea el Bosque hasta sus dependencias. Su importancia era, por lo tanto, demostradamente ascendente y en coordinación lógica con el progreso de la ciudad.



Vigencia y Utilidad del Aeropuerto

La posición de quienes defendían la existencia de Los Cerrillos como aeropuerto de reserva hasta la misma noche en que fue pasado a manos del Servicio de la Vivienda y Urbanismo y comenzó así el retiro de las naves e instalaciones, ha quedado demostrada en varias ocasiones importantes durante los mismos años del debate sobre su utilidad, en la actual centuria.

Una oportunidad se dio a la vista cuando tuvo lugar un incendio en una de las pistas del Aeropuerto de Pudahuel, durante el año 2003, y se debió recurrir precisamente al servicio del Aeropuerto de los Cerrillos para asistir los vuelos que no pudieron hacer empleo de la pista siniestrada. Esto confirmó la necesidad de contar con él como base de emergencia.

Otra ocasión fue durante las reuniones del foro APEC 2004 en Santiago, cuando con poco más de 50 aviones (los oficiales, más otros de empresarios privados) la capacidad del Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez fue ampliamente superada, debiendo recurrirse nuevamente al servicio de Los Cerrillos. Ese mismo año, por coincidencia, se realizó la última versión de la FIDAE en sus dependencias, emigrando ahora a Pudahuel.




Por supuesto que la polémica segunda pista del Aeropuerto de Pudahuel aún no era construida entonces, pero conviene señalar que la cantidad de naves aéreas arribadas durante la reunión APEC constituyó bastante poco para la magnitud y las características de un encuentro cumbre como éste, por lo que puede presumirse que el sistema aeroportuario chileno, después del cierre de Los Cerrillos y ligado ahora a sólo una base en la capital, no está al nivel de la apertura al mundo ni de la clase de encuentros que pretenden desarrollarse en Chile cuando sea sede internacional de los mismos.

asta ya anunciado el cierre del aeropuerto, Los Cerrillos seguía haciendo historia en los libros de la aviación chilena, por cierto: el 9 de marzo de 2004, por ejemplo, despegaba desde el grupo 9 de la FACh en Los Cerrillos, el bimotor Bonanza F33 de 1981, piloteado por las aviadoras chilenas Madeleine Dupont y María Eliana Christen, quienes serían las primeras mujeres en sobrevolar el Océano Atlántico en este tipo de avión.



Los servicios que daba el Aeropuerto Cerrillos

Prueba del valor del aeropuerto fueron la gran cantidad de servicios de aviación civil que funcionaron en él hasta sus últimos días. Miles de operaciones anuales se realizaban en él, de hecho.




Algunos de sus servicios civiles principales fueron los siguientes:

· El servicio regular de vuelo comercial hasta el archipiélago de Juan Fernández ("Lassa" y "Robinson Crusoe").

· El servicio regular de vuelos particulares de pequeña envergadura hasta territorio patagónico chileno y hacia Magallanes, ahora dependientes de las salidas desde el Tepual en Puerto Montt o desde territorio argentino.

· Dos de las más importantes escuelas de vuelo nacionales.

· Cuatro clubes aéreos que se encontraban sin posibilidad de hallar otra sede dentro de la ciudad.


· Una empresa de aviones fumigadores vital para la actividad agrícola en la región metropolitana y provincias vecinas.

· El servicio mismo de las actividades de fumigación por parte de pilotos particulares que salían desde esta pista.

· Dos talleres-maestranzas, incluyendo la que atendía a los aviones extintores de incendios forestales que existen en Chile.

· El único surtidor de combustible para naves aéreas en esta zona de la capital chilena.

· Los más grandes, espaciosos y modernos hangares disponibles para la aviación civil en todo el país, usados también como arriendos como bodegas u otros servicios.


· La disponibilidad del aeropuerto mismo a las 77 mil operaciones que allí se realizaban al año. La mayoría de ellas no eran vuelos recreativos o deportivos, como se pretendió afirmar de manera peyorativa, sino para labores importantes como aerofotometría, rescates, fumigaciones, etc.

· Servicio como oficina zonal de aeronavegabilidad para control, supervisión y fiscalización de la SDI para las Regiones de Valparaíso, del Libertador Bernardo O'Higgins, del Maule y parte de la Metropolitana.


Y las áreas de estratégicas de defensa y los organismos castrenses que operaron en Los Cerrillos hasta su cierre definitivo, fueron:

· La Brigada Aeropolicial de Investigaciones de Chile.

· La Brigada Aérea de Ejército de Chile.

· El Comando Logístico de la FACh.

· El Servicio Aerofotogramétrico de la FACh.

· El Grupo Nº 9 de la FACh.

· Una sede permanente para la Feria Internacional del Aire y del Espacio, FIDAE, la más importante del continente en su género.

· Una sede y un lugar de entrenamiento para el equipo acrobático "Halcones" de la FACh.

· Servicio eventual como aeropuerto alternativo en caso de emergencia o crisis de seguridad nacional.

Un servicio adicional de las instalaciones del aeropuerto, ya en su la parte más romántica de su historia, era su Bar-Restaurante Los Cerrillos, que operó en el edificio principal administrado por los mismos dueños del Gran Hotel Capri y luego por los del Hotel Carrera. Se conservó hasta un tiempo antes del cierre y que llegó a tener cierto atractivo en el barrio, funcionando inicialmente como casino del recinto. Tenía variedad, precios convenientes y una muy buena cocina de platos caseros sin grandes sofisticaciones.


Finalmente empezo la idea de finiquitar el aeropuerto de Cerrillos, despues de largos años de servicio, ante la competencia del desarrollo del pais y el bicentenario, monstruosas empresas dispuestas a invertir en este amplio terreno, termino por cerrar y desmantelar el Aeropuerto.

Pero los intereses eran demasiados como para detener la destrucción del aeropuerto y, el 15 de enero de 2005, se declara el cierre y la eliminación definitiva de Los Cerrillos, ante el estupor de los miembros de la Federación Aérea de Chile.

LA VIOLACIÓN DEL COMPROMISO GÜGGENHEIM

Esto es de vital importancia, pues significa que las autoridades tenían plena conciencia de estar violando las bases condicionantes o carga modal de la donación que Güggenheim había hecho al Estado de Chile y que le permitieron a éste tener los terrenos de Los Cerrillos entre sus bienes, precisamente para fomentar la aviación civil.

Por esta razón, la Federación Aérea de Chile interpuso un nuevo recurso poco después del anuncio del inminente cierre, el año 2005, a través del abogado Manuel Suárez en la Corte de Apelaciones de Santiago, alegando que "el Fisco primero aceptó la donación y destinó esos recursos al fin que le impuso el donante", y que ahora, sin embargo "pretende incumplir su obligación desviando el fin para el cual recibió los dineros de la donación, faltando a la palabra empeñada por la República de Chile".

Para poder zafarse del compromiso con Güggenhiem, se sugirió entre los defensores del desmantelamiento del aeropuerto que una "parte" de los millones que recibiría el Fisco por vender los terrenos, fuera destinada a la aviación para legitimar esta ilegal acción del Estado, pero esto no fue aceptado por la Federación Aérea de Chile.

Y a principios de septiembre de 2007, el representante en Chile de la Fundación Güggenheim, Carlos Urenda, anunció públicamente el interés de la organización por estudiar una millonaria demanda al Fisco por haber violentado la carga modal y la voluntad del donante. A juicio de la Fundación, el Estado de Chile debía abrirse a negociar la modificación de la cláusula modal y que esto ya se había propuesto durante el Gobierno de Lagos, pero las conversaciones fracasaron cuando el Consejo de Defensa del Estado consideró que no procedían estos reclamos, obviamente que cuidando la piña.


EL DAÑO QUE SE PROVOCÓ A SANTIAGO

Aparte de la flagrante violación del Estado al destino de los dineros que había donado Güggenheim, según datos técnicos de la AOPA, Los Cerrillos era el único aeropuerto de reserva posible de tener en la ciudad de Santiago. Al respecto, se indica que la congestión que comenzará a experimentar el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez a partir del año 2010 y que culminarán en una casi segura saturación para el año 2018.




La necesidad de que Santiago contara con otros aeropuertos fue confirmada por varios hechos posteriores a la clausura de Los Cerrillos, pero casi inmediatos a ella. Uno de ellos, hacia marzo de 2006, fue el colapso del Aeropuerto de Pudahuel por la cantidad de público; luego, en noviembre de 2009 durante una huelga de funcionaros. En los dos primeros días de abril de 2007, al abrirse a público general la FIDAE trasladada ya a Pudahuel, se generó un atochamiento vehicular gigantesco que significó la pérdida de vuelos de una gran cantidad de viajeros. En todos estos casos, el público recordó casi naturalmente a Los Cerrillos.

Cabría recordar, además, que durante la noche del viernes 5 al sábado 6 de mayo de 2006, la neblina obligó a desviar al menos diez vuelos que debían arribar en el aeropuerto de Pudahuel, demostrando que la mentada "segunda pista" queda inutilizada de inmediato por la situación meteorológica, empeorando la situación al carecerse de la alternativa de Los Cerrillos. En esa ocasión, los vuelos debieron ser desviados hasta el Aeropuerto Carriel Sur, de Concepción, ¡¡¡a 550 kilómetros de Santiago!!!

También será un tema nacional la congestión que provocará la llegada de miles de residentes a la Ciudad Parque Bicentenario, cuyos accesos carreteros son escasos y siempre mostrando tendencia a formar tacos y saturarse.



Maury R.
Fuente: www.urbatorium.blogspot.com

4 comentarios:

  1. Por que hay unas plantas en la pista de aterrizaje

    ResponderEliminar
  2. Es verdad debe hacer el aeropuerto Los Cerrillos

    ResponderEliminar
  3. Consecuencias como el colapso de Pudahuel,la tragedia de Peñalolen,el terremoto del 27 F y la tragedia de Juan Fernandez y el incendio de Santa Olga

    ResponderEliminar